La vitamina E contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo. Esta planta originaria de América del Norte y que se da también en Europa, forma unas semillas que contienen un 25% de aceite, cuya cualidad más preciada es su riqueza en ácido linoleico y también, en menor cantidad, en ácido linolénico.
Es decir, los ácidos grasos a partir de los cuales el organismo forma el araquidónico, que a su vez es el precursor de las prostaciclinas que hacen compatible la sangre con el endotelio de las arterias. Estos ácidos poliinsaturados son también necesarios en la composición de las membranas celulares a las que proporcionan elasticidad.
Indicado para problemas circulatorios, tromboflebitis y mantenimiento en buen estado de los tejidos en general. También en problemas asociados con la menopausia y dolores menstruales.
