El aceite de coco posee un porcentaje muy elevado de triglicéridos de cadena media (TCM) (más del 60%), y esta característica es la que le confiere la propiedad de ayudar en el control del peso corporal, si atendemos a los efectos estudiados y conocidos de este tipo de ácidos grasos sobre el metabolismo lipídico.
Los tres mecanismos principales por los que los TMC pueden intervenir positivamente en el control del peso, son:
- Por estimular la β-oxidación. Es decir, por estimular la utilización de los ácidos grasos para producir energía, aumentan la termogénesis y por tanto “queman calorías”. Algunos estudios realizados apoyan que el consumo de aceite de coco promueve una reducción de la obesidad central o abdominal, es decir que el consumo de aceite de coco ayuda a disminuir el perímetro de la cintura.
- Por disminuir la lipogénesis en tejido adiposo (disminuyen la formación del tejido graso de reserva). Prácticamente no se almacenan como grasa.
- Por favorecer la formación de cuerpos cetónicos, los cuales tienen un efecto anorexígeno, aumentando la saciedad y disminuyendo la ingesta de alimentos.
Para el deporte.
Diversos estudios sugieren que el tándem dieta rica en TCM y ejercicio físico, presenta un efecto sumatorio en la reducción del depósito de grasa. Este efecto, en parte, puede deberse a un mayor gasto de energía.
Se han hecho pruebas de añadir TCM y otros nutrientes a las bebidas que se toman antes de realizar una actividad deportiva y el resultado ha sido que esta bebida enriquecida se ha mostrado eficaz para mejorar los índices de rendimiento aeróbico.
- Aumenta la energía disponible. Es decir, es una fuente rápida de energía.
- Es fácil de digerir. Y es una fuente de energía natural.
Otros usos.
Actualmente los TCM se están usando en terapia hospitalaria en nutrición enteral y parenteral, y en la nutrición de neonatos prematuros.
Y se sigue estudiando la aplicación práctica de los TCM en la mejoría de diversos problemas de salud, como son: diabetes mellitus, epilepsia, Alzheimer, VIH, salud dental…
